Tres momentos con un grande: ANCIZAR DE JESÚS TANGARIFE MARÍN

14 Feb

Por: Fabio Alberto Gonzalez Salgado.

 

Tuve la fortuna de encontrarme a Ancizar de Jesús Tangarife Marín en tres momentos de mi vida: el maestro, el compañero y el hombre orgulloso de sus logros a través de sus discípulos.

Fue mi profesor en CORINMACULADO cuando estudiar era una odisea en medio del dinero fácil del narcotráfico y cuando opinar era ser objetivo militar tanto del gobierno como de los subversivos.  No existía el Internet, tampoco teníamos televisión ni energía eléctrica, a veces ni agua, pese a todo él nunca dejó de invitarnos a soñar, lo hacía desde la convicción de que era la mejor manera de tener un país mejor. Nunca fue radical, siempre escuchaba todas las partes y buscaba acuerdos entre todos, así nos soportó como prefecto de disciplina en nuestra última etapa de colegio.

Cuando fui profesor de CORINMACULADO mi maestro pasó a ser mi compañero y quien encauzaba mi ímpetu de joven que quiere cambiar el mundo a través de sus estudiantes, tal como lo había aprendido de ellos. Nunca me dijo que no, siempre me escuchó, siempre me animó, nunca me vio como un empleado, ahora era mi compañero, era Ancizar.

Dos, días antes de la celebración de los 50 años del CORINMACULADO fue él quien me recibió con su «hombre Fabio Alberto», su cara de bienvenida y el orgullo de saber que soy el resultado de su trabajo y dedicación, me llevó a recorrer el colegio donde terminé 30 años antes, me invitó a hablar con los chicos de 11 y me dejó una tarea para el acto académico al cual no podía asistir por mis compromisos. Ya estaba culminando su ciclo en el Colegio al que le dedicó su vida y que forjó generaciones de mejores ciudadanos.

Tres, Ancizar diferentes en mi vida y todos ellos en una sola gran persona, una fortuna para quienes lo conocimos y para quienes siempre estará con nosotros porque los grandes hombres como él no necesitan grandes esfuerzos para trascender.

Gracias por todo Ancizar De Jesús Tangarife Marín, hiciste de nosotros lo que somos.

Un abrazo a Mabel Cuellar y a la comunidad educativa de CORINMACULADO Doncello Caquetá, en mi corazón sólo hay inmensa gratitud por los momentos con ustedes, desde la muerte de mi padre compenso el dolor con saber que siempre me acompañarán los gratos recuerdos y eso lo vale todo.